Enero, el mes que llega lleno de propósitos y ganas de cambiar el mundo, pero que también trae consigo la temida cuesta. Después de los excesos navideños, tu cuenta bancaria parece el paisaje de una película apocalíptica: desolada y con pocas esperanzas de recuperación inmediata. Pero calma, no todo está perdido. Aquí tienes una guía para sobrevivir a la cuesta de enero sin derramar demasiadas lágrimas.
Haz un presupuesto (aunque sea con el corazón roto)
Sabemos que hacer cuentas puede ser tan divertido como una visita al dentista, pero es el primer paso. Anota tus ingresos y tus gastos esenciales. Una vez hecho esto, ajusta tus expectativas: tal vez ese cafecito diario se convierta en café casero, y el «delivery» en sobras creativas. Recuerda, la creatividad culinaria también cuenta como propósito de año nuevo.
Encuentra entretenimiento gratis (o casi)
Sabemos que quedarse en casa suena aburrido, pero enero puede ser el mes perfecto para explorar opciones gratuitas. Revisa eventos locales, museos con entrada libre o dále una oportunidad a esa pila de libros que compraste el año pasado y que ahora sirven como pisa papeles. Además, las plataformas de streaming están llenas de contenido; aunque si decides suscribirte a otra, quizás debas consultar el punto anterior otra vez.
Deja de lamentarte
Llorar porque «ya no hay dinero» no genera ingresos (al menos no para ti). Mejor, aprovecha para hacer una lista de pequeñas metas. Revisa cupones, ofertas y aprende a diferenciar entre «necesito» y «quiero». Por ejemplo, ¡necesitas pagar la luz, pero quieres un gadget nuevo! Prioriza y verás que la cuesta se siente menos empinada.
Haz ejercicio, pero sin gastar
Este es el propósito favorito de enero, pero inscribirte al gimnasio puede ser costoso. Opta por alternativas como salir a correr, hacer yoga en casa (con videos gratuitos) o levantar bolsas de arroz si te sientes creativo. Además de ahorrar, cuidarás tu salud, lo que significa menos gastos en medicamentos. ¡Todo suma!
Aprende a decir «no» (con estilo)
Las invitaciones a salir pueden ser una trampa financiera. Aprende a declinar de forma elegante con frases como: «Este mes estoy practicando el minimalismo social» o «Tengo una cita con mi séptima taza de té y un libro apasionante». Tus amigos lo entenderán (eventualmente).
Encuentra la alegría en lo sencillo
La cuesta de enero también puede ser una oportunidad para valorar lo que ya tienes. Pasa tiempo con tus seres queridos, organiza una noche de películas en casa o simplemente disfruta de un café mientras ves la lluvia caer. A veces, las pequeñas cosas son las que llenan el corazón sin vaciar la cartera.
Conclusión
La cuesta de enero puede ser desafiante, pero también es una lección de adaptación y creatividad. Es por eso que en Fernández de la Rosa y Asociados te recomendamos seguir estos consejos y acercarte a nosotros para recibir asesoramiento financiero, puedes sobrevivir el mes sin dramas (o al menos con menos). Recuerda: enero no dura para siempre, y febrero, aunque corto, trae nuevas oportunidades… y tal vez menos facturas. ¡Tú puedes lograrlo!